
Alimentación en verano: recomendaciones para comer sano, seguro y equilibrado.
Las nutricionista de nuestro hospital nos brindan recomendaciones para una mejor alimentación.
El verano, sinónimo de vacaciones, tiempo libre y cambio de rutinas, suele traer de la mano alteraciones en la forma de alimentarnos: comidas fuera de casa o de horario, poco tiempo en la cocina, mayor picoteo, saltearse comidas. Estas son algunas de las causas que favorecen una alimentación inadecuada. Por otro lado, es una época en la cual suelen modificarse los requerimientos del organismo. La alimentación debe cambiar y adaptarse sin perder los hábitos sanos. Siempre podemos utilizar estrategias para poder seguir una rutina que favorezca una alimentación sana, ordenada, completa y equilibrada.
No le aflojes al agua
Debemos tener en cuenta que, debido al calor y a las altas temperaturas de esta época, tenemos mayores posibilidades de deshidratarnos, por ello es necesario beber una mayor cantidad de líquido: consumo de 8 a 10 vasos de agua segura por día o 2 litros de líquidos sin azúcar (caldos, infusiones, licuado de frutas). Estas necesidades pueden estar aumentadas si se practica algún deporte o actividad física.
En relación a la alimentación, es necesario realizar las 4 comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y colaciones o refrigerios. Para esto es recomendable planificar un calendario de menú semanal de las 4 comidas del día que nos permita ahorrar tiempo en la cocina y nos facilite organizarnos al momento de hacer las compras, y en la elaboración de los platos. Los menús deberían ser preparaciones livianas, ligeras, con una mayor cantidad de alimentos frescos, en particular, que sean ricos en verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, ya que son fuente de fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.También se debe incluir alimentos proteicos a través de la incorporación de huevos, quesos magros y carnes (aumentar el consumo de carnes blancas como el pescados, ya que favorecen su digestión).
Evita la comida chatarra
A su vez, es importante reducir el consumo de alimentos procesados (helados, snacks o alimentos de comidas rápidas) ya que son ricas en grasa, sodio y azúcares, con poco valor nutricional que pueden perjudicar la salud.
Ojo con los bichos
Es importante destacar que, en ésta época del año, debido a las altas temperaturas, los microorganismos, responsables de algunas enfermedades, encuentran condiciones óptimas para desarrollarse y crecer en los alimentos. Por eso, debe tenerse especial cuidado al comprar y conservar los productos en casa. Los alimentos frescos deben conservarse en la heladera, en recipientes tapados. Lo que ya está cocido, guardarlo en los estantes superiores y lo crudo en los inferiores.
Importante: no se debe guardar ningún tipo de alimento fresco en el horno o a temperatura ambiente. Los alimentos que hayan perdido la cadena de frío pueden provocar gastroenteritis, peligroso, particularmente, en niños y ancianos.
Organízate para comprar
Al hacer las compras, lo ideal es tomar, primero, todos los productos que no requieren refrigeración, y antes de ir a pagar, tomar los productos refrigerados y/o congelados para que estén expuestos a temperatura ambiente el menor tiempo posible.
Corroborar que los envases estén en buenas condiciones.
Verificar la fecha de vencimiento de alimentos.
Material enviado por el equipo de nutricionistas del HESM: Verónica Pacífico (M.P. 112) y Carolina Raspini (M.P. 576)