El libro prohibido
Continuamos con la columna con recomendaciones de la biblioteca Marisa Wagner del hospi, desde la pluma de Viviana Viola.
“...reconozco que este libro tendrá, a vuestro juicio, una introducción grave y triste por el doloroso recuerdo de la tremenda peste…”
Giovanni Boccaccio
Hemos naturalizado tanto la existencia del libro a lo largo de los siglos, que solemos perder la noción del mismo como artefacto creado por el hombre. Perdimos la noción de sus orígenes. No obstante, reconocemos sus múltiples funciones y su poder: principalmente, como artefacto nemotécnico y para transmitir información a lo largo del espacio y los tiempos.
Esta maravillosa creación humana, no ha podido ser superada por ninguna otra tecnología hasta la actualidad. Se han creado alternativas digitales y sobre nuevos soportes materiales que, aún así, no dejan de ser libros.
Esa capacidad para atravesar tiempos, culturas, espacios es tan sublime que ha llevado a poderosos de distintas épocas, culturas y creencias a intentar controlar un artefacto tan “peligroso” para las mentes que pretendían dominar.
En la actualidad, y en nuestra cultura, tenemos la fortuna de tener acceso a cualquier lectura. Los libros se abren ante nuestros ojos como una cordial invitación a pasear por sus ricas páginas y crear nuestros propios juicios y gustos y disgustos, inclusive.
El libro que nos convoca hoy es el Decamerón de Giovanni Boccaccio, escrito entre los años 1351 y 1353, en la ciudad de Florencia, Italia. Una de las grandes joyas de la Literatura Clásica Universal con la que contamos en la Biblioteca “Marisa Wagner”.
La cita con la que iniciamos esta columna, corresponde a la introducción al libro. Hace referencia a la peste bubónica (o peste negra) que asoló Europa y, particularmente, Florencia, durante el año 1348.
Sobre este marco histórico real, Boccaccio crea un espacio alternativo para desarrollar sus narraciones: un grupo de diez personas (siete mujeres jóvenes y tres varones) huyen de Florencia tratando de escapar de la peste y se refugian en una casa en el campo. Durante diez jornadas, cada uno de ellos es elegido el rey de la velada y, para amenizar su estadía, el rey o reina de la noche, propone un tema sobre el que cada uno relatará un cuento a sus compañeros. Así, el libro está compuesto por cien cuentos de los más diversos temas.
Ahora bien, ¿por qué “libro prohibido”, entonces?
El Decamerón de Boccaccio es una obra maestra adelantada a sus tiempos tanto por su estética, su forma como por sus temas.
Recordemos que estamos ubicados en la época más oscura de la historia humana: la Edad Media. Así fue como, en el año 1559, fue incluido en el Índice de libros prohibidos que instituyó la Inquisición. Estaban prohibidos todos aquellos libros que trataran de temas paganos, y, más aún, inmorales, por lo que el Decamerón con su claro cariz humanista, pasó a ser uno de los libros más abominables para la Iglesia de aquella época.
Para no extendernos más sobre esta cuestión, diremos que la maravilla de este libro no sólo trasciende la historia en general, si no, la literatura en particular, como veremos más adelante con El Nombre de la Rosa de Ítalo Calvino (otra joya literaria que también está disponible en los anaqueles de nuestra querida biblioteca).
Por ahora, quisiera concluir con una sencilla y sentida reflexión: por los tiempos que estamos recorriendo tras una trágica pandemia que nos condenó al encierro y a la pérdida de tantos seres queridos, para los que estuvieron (o están hoy en día) en diferentes contextos de encierro, el Decamerón nos invita amablemente con sus páginas a acceder a la bella compañía sanadora de la literatura, nunca antes más actual y más necesaria para abrir una ventana de luz en nuestras vidas.
Viviana Viola