Institucionales

Entrevistas: Caminando nuestros 60 años.

En la recuperación histórica institucional, conversamos con el médico Luis Damonte, quien supo ser Director de nuestro Hospital.

Luis Jorge Damonte “Los años en el hospital fueron de mucho aprendizaje


En los 60 años de historia del Hospital Escuela de Salud Mental las dinámicas de trabajo dentro de la institución fueron cambiando acorde a las transformaciones sociales, políticas y coyunturales de cada época. El pensar en un hospital de puertas abiertas, con una menor cantidad de restricciones y en el que las personas usuarias puedan circular con la mayor libertad posible, es un desafío cotidiano.

Si bien el trabajo en salud mental con una perspectiva de derechos humanos es hoy en día una de las bases fundamentales, no siempre fue así. Reivindicar a las personas que fueron aportando su granito de arena, que con el tiempo se fueron haciendo toneladas, es nuestro horizonte para poder pensar la institución desde el presente pero sin dejar de mirar el pasado con el objetivo de seguir aprendiendo constantemente.  

En la mañana de un miércoles húmedo e indeciso, Luis Damonte, médico jubilado y ex director del HESM, nos espera en un bar de los más tradicionales de Santa Fe. Entre sodas y cortados nos va contando su experiencia, recorridos, perspectivas y aprendizajes. Una entrevista de poco más de hora y media donde llegamos con muchas expectativas y nos fuimos con mucha información, formación y enseñanza.

 Nació en Paraná y vivió en la capital entrerriana hasta los 13 años cuando se mudó junto a su familia a Santa Fe. Llegado el fin de sus estudios secundarios emprendió su camino en la carrera de Medicina en Córdoba, en donde comenzó su militancia y lucha por la democracia y los derechos humanos. 

Luis fue preso político, detenido en Córdoba y trasladado a Buenos Aires y a Rawson. Al asumir el presidente Héctor Cámpora, se le otorga la Amnistía y la libertad. A fines de 1974, ya en Santa Fe es nuevamente detenido y, previo al golpe de Estado de 1976, se exilia en México. Allí trabaja como docente en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Luego de unos años le otorgan un ‘año sabático’ y viaja a Italia, en épocas en que Franco Basaglia promueve la ley 38, en la que cierran todos los manicomios italianos.

Damonte retorna ya consumada la vuelta de la democracia a mediados de la década de 1980. Luego de trabajar como médico de guardia en Santa Fe, Gualeguaychú y Diamante, comienza sus primeros pasos en el, por ese entonces, Hospital Dr. Antonio Roballos.

 

“En el Hospital empecé a trabajar en abril de 1987. Estaba Bayona de director y él me lo propuso. Arranqué con la guardia de los jueves en el hospital. Tenía que estar a las 8 de la mañana para tomar la guardia”.


 

Derechos Humanos

 

Si bien con el retorno de la democracia la reivindicación de los derechos humanos era un tema que atravesaba transversalmente a la sociedad argentina, en algunos espacios esta perspectiva fue llegando más lentamente. Luis, con toda una militancia desde esta óptica, comienza a tomar la bandera dentro del hospital y a demostrar que se podía habitar la institución de otra manera. 

 

“La tendencia que había era tapar todo, así era el sistema. Pero yo tenía una formación en derechos humanos o una experiencia en violación de los DDHH, de no tapar nada, e hice público algunas cosas que pasaban, con lo cual me gané el respeto de muy pocos y el odio de muchos”. 

 

“Una menor murió quemada, por negligencia. Yo era el médico de guardia ese día. Eran mis primeras experiencias, no encontraban el picaporte y tuvimos que reventar  la puerta a patadas. Había boxes, que eran una especie de celdas de castigo, un horror. Del Electroshock mejor ni hablar. Por suerte, el equipo un día se esfumó”.

 

Con el tiempo Luis comenzó a ser acompañado por más trabajadores del hospital y la tendencia comenzó a cambiar. En este momento recuerda a sus compañeras, con quienes compartió muchos años en la institución. 

 

“En un momento me puse a hablar con los pacientes y me doy cuenta del abandono de muchos de ellos, a nivel tanto personal y familiar como también social y gubernamental. Eran épocas en las que la sociedad paranaense usaba despectivamente el término ‘Roballesco”.


 

De esos primeros años de su tránsito por el hospital, además del abandono de las personas usuarias, Luis recuerda las diversas situaciones por las que ingresaban internadas las personas: 

 

“Un brote psicótico, recaídas, depresiones diversas, adiciones con alcoholismo, en primer término. También existían las pseudo psicosis o el interés particular de un familiar que quería sacarse de encima a alguien para quedarse con alguna herencia. Esto pasaba sobre todo con las mujeres. Tuvimos un montón de casos de esos. La Justicia las declaraba insanas sin más. Eran épocas de chalecos químicos, donde ser muda se incluía como un diagnóstico justificatorio para la exclusión social. Los casos de las mudas negra y blanca los cité en una tesis posgrado y quienes la evaluaron no creían que era cierto”


 

Sobre las leyes que llegaron para proteger a las personas usuarias de salud mental

 

Entre Ríos es una de las provincias pioneras en el país en legislar en materia de derechos de las personas usuarias de los servicios de salud mental. Así nació por el trabajo de muchas personas comprometidas, en 1994 la Ley Provincial de Salud Mental N° 8806.

 

“La ley provincial tardó en implementarse y no tuvo la eficacia esperada. Los principales enemigos fueron los dueños de clínicas privadas que, además, eran funcionarios públicos de relevancia en el hospital y ascendían aún más. Nunca iban a apoyarla porque iba contra sus suculentas ganancias. Por estos mismos motivos, entre otros,  la Ley Nacional de Salud Mental no se aplica en la actualidad". 


 

Trabajo en alcoholismo

 

Luego de unos años le ofrecen un cargo de dedicación exclusiva, y en 1992 lo nombran por resolución interna, jefe de Servicios de la Sala de Hombres. Allí comienza a interesarse aún más en el alcoholismo, una temática que había comenzado a inquietarlo durante su estadía como médico de guardia y luego médico asistente. Junto a Alicia Alzugaray, Mariela Elizalde, Berta Entrocassi y Mari Truco, otros que colaboraban, conforman el Programa Provincial de Alcoholismo, que había sido creado mediante un decreto provincial en la década de 1990. 

 

“Llegamos a tener alrededor de 60 pacientes internados por alcoholismo y otras adicciones. El programa era la experiencia que cada uno tenía y traía de venir trabajando en alcoholismo y pudimos extender el trabajo a algunos otros lugares, con escaso interés”.

 

En ese momento de la entrevista, Luis hace mención a la visita del Dr. Jorge Pellegrini, Médico especialista en Psiquiatría, quien escribió el libro Alcohol, alcoholismo, alcohólicos. Su recuerdo sobre este encuentro es muy grato y reflexiona:

 

“Con su visita se organizó un muy buen encuentro en el que nos abrió la cabeza y se tomó la decisión de avanzar. Incorporamos a varios alcohólicos recuperados, que simultáneamente eran empleados del área de Salud. También participamos en el Congreso Patagónico de Alcoholismo, en Caleta Oliva”.

 

Relacionado a su trabajo en esta área, Damonte hace un parate y recuerda el trabajo de las enfermeras y enfermeros en nuestro hospital.

 

“De enfermería aprendimos mucho, era el alma del hospital. Pero no todo era color de rosas. Había algunos enfermeros golpeadores de pacientes, que quedaban impunes”.


 

Dirección del hospital

 

Luego de pasar por distintos estamentos del hospital, en 2003 le ofrecen la dirección del Hospital, la cual toma luego de consultarlo con una especie de equipo de trabajo, nadie manifestó objeciones. Sostenido por la mayoría del personal de trabajadores de la institución impuso su marca en distintas áreas de trabajo con una visión ligada a su formación, con la idea de un hospital abierto, democrático y libre de violencias de toda índole. 

 

“El programa de trabajo no estaba escrito. El objetivo era democratizar el hospital y tratar de que no se cometan los hechos de violencia física, sexuales y de otros tipos, como robos diversos. Hicimos mucho en poco tiempo y sin plata”. 

 

Durante su gestión se fueron actualizando la medicación proporcionada por el Hospital. Estos nuevos fármacos permitieron nuevas prácticas terapéuticas.

 

“Se agregó medicación como los neurolépticos atípicos. Mientras perduraron los antipsicóticos de los años cincuenta también se agregó la Benzodiazepina”.

 

Llegando al cierre de gestión frente al hospital, Luis menciona el recuerdo de una jornada que, desde su percepción de derechos humanos, fue histórica.

 

“Al realizarse la Fiesta de Carnaval, a principios de marzo del 2004 llevamos a Keka Koffman. Ella era una Madre de Plaza de Mayo con un hijo desaparecido, un héroe entrerriano. Todo un símbolo su presencia”.

 

Atravesado por distintas tensiones producto de tener una mirada de la salud mental vinculada con la política, su gestión comenzó a verse imposibilitada por cuestiones internas y, según el relato de Luis, algunas personas le fueron soltando la mano. 

 

“Me di cuenta que la cosa no daba para más y presenté la renuncia con carácter indeclinable. Ahí asume Alicia, un 25 de mayo de 2004 y yo me tomé algunos días de licencia que se habían acumuladas”.


 

Democrático en todas sus formas

 

Luego de tomarse su tiempo de licencia retorna al hospital y vuelve a la jefatura del servicio, pero esta vez en la sala de mujeres. Allí tiene muchos recuerdos gratos y marcó al área por sus dinámicas colectivas.

 

“En la sala de mujeres hacíamos los pases de sala con 40 o 60 personas y participaba todo el mundo. Era mi forma de actuar. Dure el tiempo que dure". 


 

Fin del ciclo

 

Luego de muchos años en el hospital su trabajo estaba llegando al fin. 

 

“Estuve hasta el 2012. Yo ya no tenía expectativas, había perdido todos mis proyectos. Iba, me hacía cargo del servicio y trabajaba con los residentes, concurrentes y con enfermería, con los psicólogos, y los pacientes que se quedaban un ratito y se iban pero que siempre aportaban algo importante. Era una impronta de trabajo colectivo”.


 

El legado

 

Consultado por su percepción acerca de los cambios generados en el hospital, Luis reflexiona por unos instantes y luego afirma: 

 

“Creo que se logró un cambio relativo, como el inicio de una nueva etapa. En el tiempo en que yo estuve no hubo ningún episodio de violencia conocido, se cuidaban mucho”. 

 

“Se mejoró la alimentación, a pesar del robo hormiga de algunos. Se hicieron obras como la sala de guardia y el Servicio de Geronto psiquiatría con excelentes colaboradoras, como una arquitecta que trabajaba ad honorem”.

 

En el cierre de la entrevista y consultado acerca de los recuerdos que guarda del hospital, Luis expresó:

 

“Los años en el hospital fueron de mucho aprendizaje. Personalmente luché por los derechos humanos de los pacientes, no estoy arrepentido. Creo que podría haber hecho más, pero las condiciones tampoco daban”. 


 

Entre las cosas a destacar de su paso institucional Luis rescata la presencia fuerte de la Cooperadora y de quien, por entonces, fue su presidenta: Inés Martínez, jefa de la división enfermería por muchos años y muy respetada en el hospital.

 

“Sin ella y sin los trabajadores de mantenimiento las obras en las que se avanzaron no se hubiesen podido concretar’’. 

 

Entre los avances y logros de esa época, Luis recuerda la creación de una comisión de Compras, la adquisición de un pela papas para 50 kg y un freezer. Estas adquisiciones redundaron en mejoras importantes para la cotidiana del hospital, ya que aliviaron las rutinas de sectores como la cocina y permitieron advertir irregularidades en los presupuestos o cobros que algunos proveedores hacían abusando del Estado. Entre los ejemplos, Damonte recuerda que se cambió el panadero de aquel entonces: 

 

“Vendía tres veces más caro el pan, en mal estado y por un monto que correspondía a casi dos toneladas de pan por día. Lo mismo nos pasaba con los fármacos”. 

 

Entre las personas entrañables de las que guarda recuerdos Luis nombra primero a las personas usuarias, de quienes aprendió mucho. Personal de enfermería, lavadero, cocina, medicina, mucamos, hospital de día, terapia ocupacional, trabajo social y psicología continúan en esa nómina entre palabras de reconocimiento por las tareas comprometidas que desempeñaban, los espacios de trabajo que habitaban -muchas veces desacordes incluso a la salud de las y los trabajadores- y las situaciones que muchos debieron soportar entre aprietes y acosos en los que las suplencias se ponían como negociación: “Ésto ocurrió hasta que finalmente se denunció a algún funcionario. Se trabajaba con poco pero se hacía mucho”.


 

El sol del mediodía abraza el final de la conversación. Con la voz grave que acompañó toda la charla se despide y lo vemos caminar durante un largo rato. Su altura nos facilita no perderle el rastro. Quienes tuvimos la suerte de compartir la charla nos quedamos observando su paso hasta que su saco gris se pierde entre el tumulto de una peatonal colmada de personas en hora pico. Damonte transpira política y compromiso. A nosotros, que somos una nueva generación y que tuvimos el privilegio de escucharlo, no nos fue difícil comprender el compromiso y su militancia. 

 

Sin dejar dudas de su política de vida, nos deja pensando, historizando y revalorizando sus convicciones que trascienden los años y nos interpela como trabajadores de la salud que deseamos un horizonte posible para las personas que transitan nuestro hospital. Para finalizar, Luis nos deja una apreciación trasponiendo su pasado y su presente y un último saludo para quien recuerda con gran entusiasmo.

 

“Cuando asumí la dirección dije que no era ni radical ni peronista sino todo lo contrario -dice entre risas. Ahora soy kichnerista y a mucha honra. Parece que el tiempo no ha pasado, estoy con los ensimismados recuerdos de aquella época que me tocó vivir.  Saludos a los ya jubilados y jubiladas y a los que aún siguen en el camino. Ratifico el máximo respeto a los derechos inalienables y soberanos de los enfermos, hoy personas usuarias”

 

Comentarios

Miguel Hace 1 año
29-06-2023 13:01:21

Conozco al Dr. Ejemplo de compromiso,y como colega lo admiro, y sueño con que otros mèdicos retomen el humanismo del que nunca debieron abandonar.Gracias Dr.Damonte.

BERTA ELENA ENTROCASSI Hace 1 año
29-06-2023 10:54:50

Querido Dr Damonte Todos sabíamos de sus tiempos difíciles de aquellos años oscuros Que no es bueno olvidar Hace bien a pesar que duele Cuantos recuerdos Si ! Mencionar a aquellas personas casi despojos de mujeres y varones dejados como " roballeros" por su diferencia física Ud me trajo a la memoria Griselda ! Y tantas y tantos Su paso fue silenciado y silencioso dejando huella y marcando senda ¿ como no recordar esos inicios que luego de iniera en GIA ! En fin tanto y su sincero y honesto compromiso L comprendo su valiente compromiso silencioso sin tirar balas ni hogueras incendiarias Gracias por su profesionalidad y su paso acompañando un trecho sinuoso de nuestro aprender a caminar por el desfiladero de la Salud Mental y no desbsrrancar Gracias

erika Hace 1 año
28-06-2023 18:10:39

un excelente profesional y mejor persona en cada lugar que ocupo puso su empeño conocimiento, y experiencia desde la empatia hasta la fuerza en la lucha por mejorar el ambito laboral. ocupandose y preocupandose de pacientes y compañeros con el mismo fervor. un ejemplo de lo que debe ser
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